LiDAR

LiDAR

La tecnología LiDAR (detección y clasificación de imágenes por láser) emplea un dispositivo que permite detectar la superficie de diferentes tipos de objetos; esto lo hace mediante la emisión de un láser que mide y registra la distancia entre el aparato emisor y el objeto que refleja la emisión. El dispositivo funciona como un escáner aerotransportado, que dispara miles de emisiones láser por segundo y registra sus “retornos” al aparato; con esta información se obtienen miles de ubicaciones que forman una “nube de puntos”, que además están referenciados geográficamente.

Calzada de los Muertos y Pirámide de la Luna: nube de puntos LiDAR.

Esta información permite generar una imagen de los diversos objetos que cubren la superficie del terreno como la vegetación y estructuras modernas, y también de las secciones no cubiertas. Una de las grandes ventajas de esta técnica es que el procesamiento de los datos permite “eliminar” (virtualmente) la vegetación que cubre el terreno y así poder obtener un “retrato” detallado de la superficie del terreno, que se le conoce como Modelo Digital del Elevación (DEM). El grado de detalle que tienen estos tipos de mapas e imágenes digitales es mucho mayor al que se podría obtener por medios tradicionales de topografía, además de que ahorran mucho tiempo y fuerza de trabajo. No obstante, aún no es una técnica accesible para su aplicación generalizada.

Pirámide del Sol: fotorafía aérea (izquierda) fusionada con imagen del DEM (derecha).

Recientemente esta técnica se ha aplicado en el ámbito de la arqueología, donde está complementado los métodos tradicionales de reconocimiento que eran la fotografía aérea y los recorridos a pie. Además, como los datos están referenciados al Sistema de Posicionamiento Global (GPS), la información recolectada está georreferenciada, además de que tiene una gran resolución, por lo que el grado de error es de apenas centímetros en el registro de los rasgos o elementos detectados en el mapa LiDAR.

Para el caso particular del Valle de Teotihuacan, el Proyecto Complejo Plaza de las Columnas generó un mapa con LiDAR en 2015. Este mapa cubre un área de 165 Km2 aproximadamente, y aunque la vegetación no es un elemento “que nublara la vista” sobre la superficie del área investigada, lo que permitió su procesamiento fue eliminar las estructuras modernas (manchas urbanas) que dominan el valle. Este mapa LiDAR es único en la región, y presenta un retrato del valle en 2015, sobre el cual podrán registrarse y compararse los cambios que ha sufrido su superficie a través de los siglos.

Mapa LiDAR sobre fotografía aérea del Valle de Teotihuacan (© PPC, Informe Temporada 2018).

Como parte del mismo proyecto en 2017 se designó a un equipo especial para iniciar el trabajo de prospección en superficie; su objetivo ha sido recorrer el Valle de Teotihuacan, para buscar y verificar cada uno de los detalles registrados en el mapa LiDAR de 2015. Este equipo se ha concentrado en realizar recorridos a pie a lo largo y ancho del valle, tomando muestras de los materiales visibles en la superficie y verificar la exactitud y veracidad de lo observado a detalle en el mapa LiDAR, es decir, distinguir entre los posibles elementos antiguos y otros que son modernos. Para esto ha sido indispensable establecer contacto con diferentes comunidades locales.

Este trabajo de recorrido de superficie empieza desde el laboratorio. Primero, parte del equipo se encarga de analizar el mapa para detectar posibles rasgos antiguos, que los nombra “elementos potenciales”, y pueden ser montículos, depresiones, terrazas, plazas o estructuras. Después, la otra parte del equipo se encarga de verificar en el campo esos elementos potenciales, y lo hace caminando exactamente en el área marcada por el primer equipo con la ayuda de dispositivos de posicionamiento geográfico (GPS); por eso es tan importante conocer las coordenadas geográficas de forma precisa.

Una vez detectado el terreno que contiene el elemento a investigar, el equipo de recorrido procede a tomar muestras de los materiales que se observan en superficie. Para esto, se delimita un área específica, donde se recolectan fragmentos de cerámica, obsidiana, figurillas de barro y piedras pulidas como metates y manos. Posteriormente, se realiza un registro detallado del elemento revisado, haciendo anotaciones sobre la vegetación presente, el uso de suelo actual y la presencia de otros materiales. Todo lo que se recolecta como muestra es etiquetado y se lleva al laboratorio, donde posteriormente será lavado, marcado y finalmente analizado por nuestros especialistas en cerámica y lítica.

Valle de Teotihuacan: recolección de materiales culturales.

Este tipo de trabajo realizado en el Valle de Teotihuacan no sería posible sin el apoyo de las comunidades locales, pues son las que nos han permitido caminar sobre sus parcelas, terrenos agrícolas, ejidos y otras propiedades; todos unidos en un mismo esfuerzo por conservar y estudiar su herencia cultural. Cabe mencionar que además de los permisos para realizar la prospección, los pobladores también nos transmiten conocimientos sobre sus terrenos, ya sean historias sobre los cambios pasados y recientes, o bien, los nombres antiguos de algunos lugares (como los distintos cerros que rodean al valle). Eso sin duda, enriquece aún más la información que puede obtenerse del mapa digital en sí mismo.

Así, agradecemos a las siguientes comunidades y sus pobladores por su incondicional apoyo en estos esfuerzos:

  • Atlatongo (Palomar)
  • Barrio de Purificación
  • Belén
  • Cozotlán
  • Cuautlazingo
  • El Saltito
  • Ixtlahuaca
  • Maquixco
  • Oxtotipac
  • San Agustín Actipac
  • San Antonio de las Palmas
  • San Francisco Mazapa
  • San Isidro
  • San Lorenzo Tlalmimilolpan
  • San Lucas Tepango
  • San Pedro Tepetitlán
  • San Sebastián Xolalpan
  • Santa María Palapa
  • Santiago Tolman
  • Santiago Tepetitlán
  • Tlachinolpa
  • Tlajinga
  • Xometla

De igual forma, agradecemos a los municipios de Acolman, San Martín de las Pirámides, Teotihuacan de Arista, y Otumba, así como al Centro de Conservación Reino Animal, y a la Delegación Texcoco de la Secretaría del Medio Ambiente del Estado de México, por la atención prestada, así como la facilidad en los permisos requeridos para poder realizar este proyecto de investigación.

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