Análisis de restos óseos

Análisis de restos óseos

Huesos… ¿qué nos cuentan?

Otro tipo de estudio especializado relevante es el análisis de los restos óseos. Cada año nuestros especialistas realizan importantes avances en el estudio de los huesos recuperados durante las excavaciones.

Los objetivos principales son identificar a qué especies corresponden dichos huesos, cuántos especímenes e individuos hay como mínimo, sus condiciones de salud y detectar si hay huellas de actividades o acciones que se realizaron con ellos, como si fueron hervidos, quemados o rotos.

La mayor parte de estos huesos fueron recuperados durante las excavaciones, y otra pequeña parte en el laboratorio durante el análisis de las muestras de tierra. Los huesos estudiados corresponden a huesos humanos y de animales.

Huesos recuperados de las muestras de tierra.

Entre los huesos de animales se han identificado venados, tortugas, aves como codorniz y guajolote, roedores, conejos, perros, pumas y otros fragmentos que por su fragmentación no es posible saber la especie concreta a la que pertenecen pero sabemos que corresponden a mamíferos pequeños, medianos o grandes. Asimismo, muchos de estos huesos se encontraron modificados, es decir, habían sido trabajados para hacer herramientas (como agujas, husos, cuñas, espátulas y punzones), habían sido pintados con pigmento, otros tienen marcas de cortes y otros fueron quemados o hervidos.

Huesos analizados: humanos (modificados como punzones, con marcas de corte y hervido); venado con marcas de corte; guajolote.

Esto nos muestra que muchos animales formaron parte de la vida cotidiana teotihuacana y tuvieron diversos usos. Por ejemplo, los más grandes como los venados, fueron aprovechados como fuente de carne, además de que se aprovechaban sus cornamentas y sus pieles, y por ello se encuentran marcas de corte que muestran los puntos donde fueron destazados para obtener esa materia. Otro ejemplo interesante son los huesos quemados de conejos y aves pequeñas como las codornices, que probablemente fueron cocinados para aprovecharse como alimento.

En cuanto al análisis de los huesos humanos, los objetivos centrales son similares. En primer lugar, se identifica a qué huesos corresponden (cráneo, brazos, tronco, piernas…), qué edad representan dichos huesos, si tienen enfermedades detectables y se verifica si tienen alteraciones naturales o culturales, es decir, si hay marcas producidas por actividades humanas como si fueron trabajados, si tienen huellas de corte, si están quemados o hervidos, o bien, si fueron rotos intencionalmente.

En general, se han analizado huesos fragmentados, y entre ellos sabemos que pertenecieron a hombres y mujeres de todos los rangos de edad (bebés a adultos). La colección de huesos del Frente A analizados hasta el momento muestran que la mayoría fueron fragmentados, quemados, y posiblemente desmembrados en un momento cercano a la muerte del individuo; este panorama es intrigante, pues podrían ser resultado de un evento violento.

Ofrenda A1 excavada en el Frente A.

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