Actividades curatoriales y de conservación de los materiales

Una vez que termina la temporada de campo, una de las prioridades del proyecto es la conservación de los materiales, es decir el cuidado y mantenimiento de los materiales recuperados, veamos en qué consiste.

Durante las excavaciones los artefactos o ecofactos se colocan en bolsas de plástico o papel —dependiendo el tipo de material—, junto con una etiqueta que contiene información de contexto en el que fueron recuperados.

En cuanto los materiales llegan al laboratorio el siguiente paso es abrir esas bolsas y lavar los materiales. Los artefactos y ecofactos usualmente están cubiertos de tierra y en ocasiones la matriz de suelo contiene microorganismos o elementos químicos que pueden afectar la conservación de los materiales sino reciben una curación adecuada, por eso es muy importante limpiarlos. Además, hay materiales que son muy frágiles, por ejemplo, los huesos o las maderas, por lo que es necesario separarlos y darles un tratamiento de limpieza apropiado.

El tratamiento durante la limpieza es muy variado, ya que depende del tipo de material y las condiciones de conservación en las que se encuentre. La limpieza se hace de manera cuidadosa, y para evitar la mezcla de materiales de diferentes frentes y pozos, trabajamos con una bolsa a la vez.

La cerámica y la obsidiana se limpian con agua y se cepillan para retirar el exceso de tierra, mientras que los huesos en general se limpian en seco con un cepillo, pero también pueden cepillarse con agua, dependiendo su estado de conservación. Posteriormente los materiales se ponen a secar. Los protocolos de secado también varían con base en el tipo de material y su estado de conservación. Por ejemplo, los tepalcates y la obsidiana se secan al sol puesto que son muy resistentes y usualmente están muy bien conservados; pero los huesos son más frágiles, así que estos ponen a secar en una mesa a temperatura ambiente.

Una vez secos, todos los artefactos se marcan con su número de bolsa, de esta manera se asegura que no se pierda información del contexto.  En la siguiente imagen se puede observar como nuestro equipo de laboratorio marcando materiales. Aunque a simple vista se ve muy sencillo esta labor requiere de paciencia y buen dominio de la plumilla y el manguillo, además que hay que tener muy buena letra para que las etiquetas sean legibles.

Como puedes observar, el proceso de curación de los materiales es muy demandante y requiere mucho tiempo y cuidado, por ello es preferible hacerlo tan pronto como sea posible. Para lograr lo anterior, la participación de trabajadores locales en esta parte del proceso es indispensable, inclusive después de la temporada de campo.  En la primera temporada de excavación del proyecto se recuperaron más de 6,000 bolsas de materiales con diversos artefactos y/o ecofactos. La mayoría de estos materiales son fragmentos de cerámica o tepalcates, que son muy abundantes en el área. Cada bolsa de materiales puede contener desde uno hasta cerca de 3,000 piezas, ¿te imaginas el tiempo que se requiere para la curación de todos esos materiales? En promedio la curación de todos los materiales de la primera temporada de excavación nos tomó aproximadamente 10 meses, es decir, 1,600 horas.

Aun cuando lo anterior representa un gran esfuerzo, el trabajo de laboratorio no finaliza ahí. La curación de los materiales contribuye a su conservación y organización, con el fin de prepararlos para que puedan ser analizados por los especialistas de cada tipo de material. Una gran parte del trabajo de un arqueólogo consiste en el análisis de materiales en el laboratorio. Se dice que por cada año de excavación un arqueólogo necesita al menos cinco años de trabajo para revisar todos los materiales recuperados, lo cual requiere la colaboración de varios especialistas, arqueólogos y trabajadores locales.

Si quieres saber más acerca del tipo de análisis se llevan a cabo visita las secciones de Investigación – Trabajo de campo, Dibujos y Análisis.